Blockchain rompe las cadenas musicales de youtube, Spotify y los grandes sellos discográficos
Cada vez más en el sector de la música se empieza a ver surgir una nueva corriente, la tecnología blockchain. La tecnología Blockchain se ha convertido en una alternativa a los conflictos tradicionales asociados a la industria, como son:
- La necesidad de financiación para lanzar un disco.
- La dependencia de las discográficas.
- La distribución de royalties entre artistas y propietarios de derechos.
- Determinar la propiedad de las obras musicales.
- Licencias y distribución de catálogos en diferentes mercados.
Con la incorporación de la tecnología blockchain en el sector musical desempeñará el papel para que desaparezca la figura de los intermediarios.
Pero, ¿qué es la tecnología blockchain?
La tecnología blockchain es un libro de cuenta, el cual se registran todos los movimientos, es público y descentralizado. Es decir, blockchain realiza la función de registro y validación de cada una de las transacciones que se realizan en su entorno.
La tecnología blockchain está dividido por bloques que son las operaciones o transacciones que se realizan, y la figura del minero ayuda a la desencriptación de estos bloques para que se puede validar la información a través del 51% de la red conectada de la prueba de trabajo.
Por tanto, podemos decir que blockchain es una red de libros de cuentas y cada uno de ellos está obligado a escribir todas las operaciones que se realizan. Los mineros por el trabajo que realizan de desencriptación, nunca pueden acceder a la información que han desencriptado, reciben criptomonedas a cambio de este trabajo.
Blockchain es un sistema de confianza sin intermediarios, además puede gestionar cualquier tipo de valor o propiedad como es el dinero, la energía, los certificados, los premios o los votos. Estas unidades de valor se pueden programar a través de una etiqueta para asignarle un destino en concreto, es decir, establecer un destino determinado a dónde se dedica.
Blockchain permite eliminar toda la burocracia de las operaciones y el control administrativo de los intermediarios.
A partir del 2015, la tecnología ha dado un paso más en su funciones con la aparición en escena de la plataforma Ethereum, ya que a parte de las criptomonedas, a partir de entonces se pudo pasar cualquier transacción de propiedad sobre la tecnología blockchain, desde contratos, obras de arte, datos de salud, votos, propiedad intelectual, deudas, es decir, todo propiedad concebible.
Blockchain aplicada a la música
Con blockchain el modelo de industria puede dar un cambio hacia algo simple y esencial para que los artistas como protagonistas se puedan ganar la vida.
La industria musical puede conseguir con la adopción de esta tecnología que refleje el sentido cultural, tecnológico, social y comercial con un porvenir sostenible y viable.
Por tanto, podemos considerar a la tecnología blockchain una plataforma nueva para que los creadores de propiedad intelectual obtengan un valor justo. Los contratos inteligentes, a través de la plataforma Ethereum, pueden reducir la complejidad de la industria y simplificar el papel de los sellos discográficos.
La cantante islandesa Björk ha sido una de las primeras artistas en experimentar con blockchain asociándose con la startup Blockpool. A través de Blockpool podrán comprar su nuevo disco directamente mediante criptomonedas y, a cambio, recibir recompensas como podría ser asistir un concierto gratuito o interactuar con ella.
La combinación de plataformas basadas en la tecnología blockchain y contratos inteligentes puede permitir a los artistas crear un nuevo ecosistema musical.
Como en el caso de Björk se puede subir una canción a un portal para que todos podamos usar las canciones, con derechos de uso, propiedad para que los demás puedan aceptar los términos de uso. Nos podemos encontrar el ejemplo de ‘Open Music Initiative’ que se ha creado para rastrear usos de una determinada pieza musical.
La plataforma ‘dotBlockchain’ se ha especializado en crear un nuevo formato de archivos: “dot.bc”, y la arquitectura técnica de soporte para estos, tanto para la música como para otras formas y medios de contenido. dotBlockchain codifica los datos de los creadores y titulares de derechos de una canción o álbum y los términos de licencia relacionados, proponiendo una solución para los metadatos de los archivos.
El nuevo ecosistema del sector musical
La tecnología blockchain y los contratos inteligentes van a permitir que los modelos de contrato respeten al artista y lo considere como empresario fundamental para la creación de valor. Fuera de los contratos de papel que perpetúan los injustos inicios de los cantantes, músicos y autores. Es decir, poder acabar con la quita de porcentajes que la industria hacia los autores.
Se puede trabajar a través de la tecnología blockchain y los contratos inteligentes con los derechos de autor para que sean cada vez más inclusivos. Es decir, repartir los beneficios de forma equitativa según la contribución de cada elemento del proceso creativo, no sólo compositores e intérpretes, sino también a los artistas. Todo el mundo puede beneficiarse de una canción o disco superventas, no sólo las discográficas y las distribuidoras.
Por tanto, conseguir registros transparentes donde todo el mundo puede ver cuanto beneficio produce una canción, la magnitud de las fuentes de beneficios y quien se lleva el porcentaje. Es decir, establecer diferentes categorías según el tipo de beneficio, desde el trabajo realizado para contratar hasta los ingresos por derechos de autor. Fácil de contabilizar, fácil de auditar y más cómodo para pagar impuestos.
La plataforma ‘SingularDTV’ está enfocada a la industria musical, pero también se puede utilizar para otros creadores de contenido multimedia. Su objetivo principal es eliminar a los intermediarios, creando un nuevo tipo de industria que sea alternativo y transparente. SingularDTV ofrece a los creadores un lugar donde poseer, subir, compartir, comercializar, vender y monetizar su trabajo y creaciones en línea, y la posibilidad de financiar fácilmente sus proyectos, ya que funciona como un servicio de crowdfunding, gestor de derechos de autor y distribución peer-to-peer (persona a persona).
También se puede considerar el análisis y el uso de los datos, ya que la tecnología de blockchain se convierte en una base de datos completa que pueden comunicar entre sí y vincular al material sujetos a derechos. Con el análisis de uso se puede conseguir atraer a los promotores y anunciantes, organizar giras, preparar actos promocionales y buscar microfinanciación y colaboración creativa con otros artistas.
Por otra parte, los consumidores podrán hacer micropagos cada vez que reproduzca una canción, y los pagos por derechos de autor se podrían realizarse de forma inmediata. La plataforma ‘Streamium’, proveedora de vídeos en línea, permite a los productores de vídeo cobrar milésimas de céntima por cada descarga realizada.
Por tanto, la forma de gestionar los derechos digitales no va a ser como se gestionan ahora, contrarios a los intereses de los usuarios o consumidores y que no están contemplando más que restricciones de uso. Con la tecnología blockchain y los contratos inteligentes se puede recuperar mucha información perdida, además de establecer mecanismos de subasta y fijación de precios que permitan experimentar con promociones y versiones de contenido.
También nos podemos encontrar a ‘Ujo’ que utiliza la blockchain para crear una base de datos transparente y descentralizada de derechos de autor ligados a sus propietarios, y automatiza los pagos de derecho de autor mediante contratos inteligentes y criptoactivos. Por tanto, músicos alrededor del mundo pueden llevar a cabo sus proyectos sin necesidad de una discográfica. De hecho, el DJ y productor portugués RAC lanzó su álbum EGO en Ujo Music.
Además los artistas y los compositores pueden crear un sistema de reputación que extrae información histórica de transacciones y de las redes sociales para crea una reputación. Los artistas pueden establecer su propia credibilidad así, como la de posibles socios con lo que traten (artistas, usuarios, discográficas, anunciantes, patrocinadores, etc.). El uso de los contratos inteligentes permite a los artistas abstenerse entidades o empresas que su reputación no alcance ciertos niveles marcados.
Artistas se lanzan a sí mismos
Hay artistas que controlan toda su música. Poseen todos los derechos de reproducción y los originales de sus grabaciones. Diseñan personalmente su estrategia de comercialización, venta, cesiones y distribución. Internet ha dado oportunidades a los artistas independientes, pero la experiencia con las distribuidoras de música en línea (Youtube o Spotify) no difiere mucho de la experiencia con los sellos discográficos tradicionales.
Así que, la tecnología blockchain y los contratos inteligentes pueden trabajar sobre las dos dimensiones fundamentales en los derechos de autor:
- Derecho mundial a la composición original (compositor – letrista).
- Derecho mundial a la grabación de sonido, una interpretación grabada y guarda en algún soporte (intérprete).
Para garantizar estas dimensiones de los derechos de autor nos encontramos la herramienta ‘OP_Return’ la cual nos permite insertar la música y la letra en un entorno de blockchain. Si alguien usa la letra o la música, se puede demostrar quién es el propietario a través de los registros de la fecha con se incluyó el bloque.
Otro ejemplo es la plataforma de blockchain ‘COLU Partners’ que ofrece a desarrolladores una serie de herramientas para gestionar el contenido digital, acceder y gestionar activos digitales como derechos de autor, entradas y tarjetas regalo.
La tecnología blockchain se puede utilizar para apoyar en la búsqueda de nuevos talentos a través de algoritmos de uso. Un ejemplo lo podemos encontrar en la plataforma ‘Peertracks’ donde se asocian contratos inteligentes a las canciones que una artista sube a la plataforma, y esos contratos reparten de forma automática los beneficios según los acuerdos de intérprete, letrista, compositor y el resto de la banda.
Además la plataforma permite a los artistas crear sus propias monedas digitales, que llevan su nombre y su cara, como si fueran cromos de béisbol. Estas monedas digitales de los artistas son coleccionables y el autor determina las monedas disponibles que quieren que circulen (la cotización depende de la popularidad del artista). A diferencia de Spotify los usuarios pueden comprar monedas digitales de los artistas y comerciar con ellas.
Conferencia de Databeers de Málaga: